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Laura Hernangómez Criado

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              ÍNDICE

1.Biografía

-Estudios realizados

-Experiencia laboral

2.Reconocimientos

3. Imágenes, vídeos, audios

4. Enlaces externos

5..Perfiles sociales

6.Nuestra entrevista

BIOGRAFÍA

Nació en Madrid ,aunque la mitad de sus raíces son segovianas (la otra mitad del Madrid popular: Malasaña y Lavapiés).

Madre de dos hijos ,una de sus mayores aficiones es pasar tiempo con ellos, viendo películas o jugando juegos de mesa. Antes de la llegada de la pandemia le gustaba acudir al teatro y al cine. Entre sus pasiones se encuentran la lectura ,los cafés largos con sus amigas y amigos, a veces salir de "juerga" y bailar, salir con su pareja a cenar, probar comidas diferentes y viajar (cuando le es posible).

En sus ratos libres realiza fitboxing , baloncesto y meditación, pero aquello que más le apasiona es su profesión y la docencia sobre esta.

Cuando su hijo mayor nació, decidió dejar la universidad, alegando que su infancia es corta y la vida profesional más larga, aunque considera que la vida académica , la investigación y la profesión es para disfrutarla y no para sufrirla.

Estudios realizados 

Sus estudios fueron realizados en la Universidad Complutense de Madrid , licenciándose en la carrera de Psicología , especializándose en los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria) y doctorándose posteriormente en Psicología clínica.

 

Experiencia laboral

Laura Hernangómez Criado ,es Doctora en Psicólogía y Psicóloga Especialista en Psicología Clínica en la unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria y Psicoterapia de personas tanto jóvenes como adultas.

Actualmente trabaja en el Complejo Hospitalario de Toledo ,en la Unidad de Salud Mental Infantojuvenil y Adulta.

RECONOCIMIENTOS

Laura ha publicado varios artículos ,en los que explica y describe ciertas sensaciones que se nos presentan habitualmente y un libro sobre la tristeza y la depresión titulado “¿Por qué estoy triste? Guía para conocer y afrontar la depresión”

 

Además también ha realizado charlas y entrevistas en la Radio Nacional española o en la página web de Psicoflix. En sus redes sociales también escribe artículos de reflexión y explicación sobre las sensaciones y realidades de la actualidad.

Por otra parte, cabe mencionar sus grandes logros académicos, teniendo el mejor expediente sobresaliente en su promoción cuando se licenció (1998),sobresaliente cum laude en la tesis , hacer el mejor examen en su convocatoria (1998) y ser la primera en su oposición (OPE),accediendo a la plaza de psicóloga clínica en la que se encuentra hoy en día.

 

 

 

 

 

 

IMÁGENES, VÍDEOS, AUDIOS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PERFILES SOCIALES

 

ENLACES EXTERNOS

  • Artículo: Altas Capacidades y Trastornos Alimentarios: ¿Vulnerabilidad o Protección?

https://ojs.revistadepsicoterapia.com/index.php/rdp/article/view/357

 

  • Artículo: Complejidad de los trastornos alimentarios

https://doi.org/10.33898/rdp.v31i115.351

  • Artículo: Apego y Trastornos Alimentarios: Implicaciones para la Intervención Psicoterapéutica

https://doi.org/10.33898/rdp.v29i111.264

  • Artículo: Estrategias para regular la tristeza 

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2754806

  • Artículo: Seguimiento de pacientes que consultan por duelo.

https://medes.com/publication/10389

  • Artículo: Variables de influencia temprana en la génesis del optimismo

http://revistas.uned.es/index.php/RPPC/article/view/3936

http://documentacion.aen.es/pdf/psiquiatra-publica/vol-12-n-3/273-terapia-de-grupo-en-

duelo-complicado-un-enfoque-desde-los-factores-de-cambio-positivo.pdf​

http://www.documentacion.aen.es/pdf/psiquiatra-publica/vol-12-n-3/209-problematica-clinica-del-

duelo-en-la-asistencia-en-salud-mental.pdf​

  • Artículo descargable:

http://www.revistaaen.es/index.php/aen/article/download/15693/15552

  • ​Artículo: Evaluación de resultados en la esquizofrenia: Un ejemplo
    de aplicación en la comunidad autónoma de Madrid

http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/47561.pdf

  • Adjetivos en castellano de contenido depresivo auto-referente y de contenido neutral: NORMAS DE EMOCIONALIDAD y FRECUENCIA SUBJETIVA DE USO 

http://revistas.uned.es/index.php/RPPC/article/view/3866/3721

  • Página del SESCAM sobre los TCA

https://sanidad.castillalamancha.es/trastornos-alimentarios

  • Blog Cómete el Mundo TCA: Biografía Laura Hernangómez Criado

https://cometeelmundotca.es/index.php/blog/itemlist/user/442-laurahernangomez

  • Artículo: Los 4 bucles de la culpa que dañan tus relaciones

https://cometeelmundotca.es/index.php/blog/item/218-los-4-bucles-de-la-culpa-que-danan-tus-relaciones

NUESTRA ENTREVISTA

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TCA
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¿POR QUÉ ESTOY TRISTE?GUÍA PARA CONOCER Y AFRONTAR LA DEPRESIÓN

Los continuos ejemplos, el lenguaje asequible y los capítulos dedicados a consejos para afrontar la depresión, hacen de él una auténtica guía práctica para ayudar a toda aquella persona interesada en el tema.

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Entrevistas en RNE del programa Cómete el Mundo con Laura Hernangómez hablando sobre los trastornos alimentarios

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¿En su infancia notó que existía algún tipo de desigualdad de género? Es decir ,¿se encontró en alguna situación en la que se diera cuenta de las “desventajas” que nos imponen por ser mujeres o niñas ?

Lamentablemente, sí. En el área académica, recientemente mi madre ha rescatado unas etiquetas familiares que yo tenía en el olvido: a mi hermano mayor le etiquetaban de "inteligente" (creo que todos mis hermanos lo son, aunque a los más creativos les costaron en algunos momentos más  los estudios formales) y a mi de "trabajadora", a pesar de que mi profesora de Matemáticas le insistió a mi madre en este aspecto. Hoy por mi profesión sé que esas etiquetas (inteligente para los chicos, trabajadora para las chicas) han sido y aún siguen siendo un estereotipo de género frecuente, pero ha sido bonito que pasados los 75 años mi madre haya podido cuestionarlas: "era como si no estuviera en mis esquemas que tú pudieras ser inteligente, las niñas eran trabajadoras". En realidad, lo único que mi madre estaba haciendo era aplicar las mismas etiquetas que la aplicaron a ella.

Recuerdo también que en COU (Curso de Orientación Universitaria, el previo a la selectividad en mis tiempos) tenía que asistir a las clases en turno de tarde porque en el centro educativo en el que lo hice a las chicas sólo se nos permitía esa opción. Los chicos podían elegir mañana o tarde. Yo nunca lo había considerado raro ("era así") hasta que mi hija me lo cuestionó. Eran claramente otros tiempos…

En ese curso, mi profesor de Matemáticas llegó a decirles a mis compañeros "¿no os da vergüenza que os adelante una chica?". Parecía intolerable que una chica fuera buena en Matemáticas, pero más intolerable aún que no hubiera ningún hombre en la clase que la superara. El día que cometí un error se regodeó bien en él, nunca le vi hacer lo mismo con un compañero. Con el paso del tiempo cuando me he reencontrado con antiguos compañeros me han contado,  ya con humor, que yo les daba un poco de miedo por lo lista que era. Creo que esto en realidad se repite y se sigue repitiendo, algunas investigaciones apuntan a ese "miedo" a las mujeres que se salen de su estereotipo por parte de los hombres de su entorno, sobre todo en lo que no es clase alta. Ya lo decía Hedy Lamarr: "Cualquier chica puede parecer atractiva. Todo lo que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida". Parece ser que si no te quedas quieta puedes asustar...

En la universidad, lo más triste que recuerdo es un acoso muy desagradable por parte de un profesor en una fiesta universitaria (pero en mi entorno el consejo que recibí es que yo tenía que beber menos, porque bebiendo "daba pie"¿¡por hablar con un profesor sobre psicología daba pie!?). Después de eso decidí renunciar a algunas matrículas de honor por no querer ir al despacho de profesores de dudosa reputación (algunos lo ponían como condición para poner matrícula aunque tu calificación de examen fuera un 10). Creo que mis compañeros varones no se encontraron con esos baches…

En positivo tengo que decir que ya en mi último curso de carrera conocí a mi director de tesis, al que describiría como un hombre claramente feminista, y que con mis compañeros de carrera, doctorado y residencia y mis amigos ya de edad adulta me sentí casi siempre como una más. Supongo que ayudó la suerte y la edad, que nos hace madurar a la mayoría. A mi la experiencia me ayudó a seleccionar más relaciones y situaciones, qué estaba dispuesta a aguantar y qué no. Pero no siempre sé puede elegir...

 

¿Cree que de verdad existe algún tipo de diferencia entre una mujer y un hombre al realizar unos estudios o de desarrollar ciertas habilidades?

Entre "un hombre" y "una mujer", no: porque la Psicología diferencial nos ha demostrado que las diferencias intragrupales (por ejemplo, entre dos hombres al azar) tienden a ser superiores a las diferencias intergrupales (entre un hombre y una mujer al azar). De hecho, en mi experiencia personal, conozco maravillosas profesionales en muy diferentes disciplinas, incluyendo las típicas "ciencias puras" consideradas "de hombres" (Ingeniería, Matemáticas, Telecomunicaciones…), y maravillosos profesionales varones en terrenos considerados "típicamente femeninos" (Enfermería, Magisterio, Pedagogía, Psicología, Caracterización…). Sin embargo sé que sigue habiendo sesgo de género en la elección de itinerarios formativos. Si me baso en lo que ha ido investigando la Psicología, hasta donde me alcanzan mis conocimientos las supuestas diferencias en aptitudes verbales y espaciales se han ido suavizando según se han ido igualando las oportunidades. Es posible que haya diferencias en el desarrollo, igual que en lo físico, pero para llegar a un resultado similar en edad adulta si ha habido similar estimulación. Lo triste es que al observar diferentes ritmos esas diferencias se potencian a nivel social. Por ejemplo, se ha observado que a las niñas se las controla más en un parque infantil, fomentando que se queden más cerca de la madre (cuando estadísticamente tienen más accidentes los niños varones). Esto implica que a nivel de oportunidades de desarrollar aptitud espacial y desarrollo psicomotor ya partimos de desventaja desde que tenemos un añito… Y esto son cuestiones no conscientes que cuesta mucho cambiar. Mi hija me ha tenido que cambiar a mi unas cuantas. ¡Y se supone que soy feminista!

En la vida diaria, ¿ha tenido que lidiar con una situación de desigualdad de género? Si es así ,¿qué fue lo que pensó y sintió? 

Hay situaciones claras en el ámbito laboral: que jefes o compañeros, en pleno debate intelectual sobre cuestiones serias, suelten en tono paternalista o jocoso un "cómo me gusta cuando las mujeres os enfadais" o un "Laurita, no te enfades que te pones fea"....etc, son comentarios que no se les ocurre hacer a un compañero varón. Afortunadamente, mis compañeros directos actuales son absolutamente igualitarios en el trato. Y en cualquier caso creo que tengo ya más herramientas para manejarme con esas formas de machismo. Pero al principio de mi vida laboral me frustraban muchísimo estas situaciones. En estas situaciones, el pensamiento que se  me repetía es "si fuera hombre, no me tratarían así". Y eso es bien triste, frustrante e indignante. Y lo más triste es que sé que son situaciones menores, "micromachismos", sé de amigas que han pasado por situaciones mucho más complicadas: más trabajo y responsabilidad con menos sueldo, acosos laborales tras permisos de maternidad, acoso y abuso sexual… Es decir, que lo peor es saberte privilegiada por "sólo" haber pasado por esas situaciones.

De hecho, recuerdo que en mis embarazos siempre he tenido miedo a las consecuencias en lo laboral, miedos que afortunadamente en mi caso no se cumplieron pero sé que hay mujeres a las que claramente las perjudica.

Y después tenemos un problema serio con la conciliación. Habitualmente somos las mujeres quienes solicitamos medidas como excedencia o reducción de jornada, y esto se plantea como un problema. Sin embargo yo creo que el problema no es que algunas mujeres sintamos una necesidad absolutamente normal de estar cerca de nuestros hijos e hijas durante un periodo de la crianza. El problema es por qué la mayoría de los hombres no sienten esa necesidad. En países más igualitarios, los padres que se han implicado en tareas de cuidado de sus hijos refieren mayor satisfacción que los padres que se mantienen en un rol tradicional. En la tercera edad, los hombres dan un giro hacia valores socioafectivos mientras que las mujeres nos mantenemos en la misma línea. Algo querrá decir. Quizás el cambio deseable hacia la igualdad no es que nosotras "nos masculinicemos" sino que ellos "se feminicen", hablando en términos de estereotipos clásicos. No hay nada que sea patrimonio de un género u otro pero a nivel cultural lo hemos construido así y necesitaríamos darle un giro en beneficio de todos, no sólo de las mujeres. El problema es que no se suele facilitar la reincorporación al mercado laboral de las personas que han bajado el ritmo o directamente renunciado durante un periodo para dedicarse a cuidar, mayoritariamente mujeres. A mi solían decirme con las medidas que tomé (excedencia, reducción o directamente renuncia) "pero con lo que te gusta tu profesión", y yo solía contestar "será que mis hijos me gustan aún más...y su infancia no espera". A mi me ayudó contemplarlo como una etapa pero socialmente no siempre se entiende así,ni se facilita, y eso no ayuda porque convierte en renuncias definitivas lo que podrían ser simplemente diferentes periodos vitales.

 

¿Considera que la infancia es la edad más temprana en la que se puede romper este “techo de cristal” ?

Por supuesto, pero en la infancia "tempranísima": de hecho, yo antes del parto ya incluiría aspectos psicoeducativos en estas cuestiones a las futuras mamás y papás, porque nuestros estereotipos de género los aplicamos ya desde el inicio. Por ejemplo, en una investigación se demostró cómo haciendo pensar al adulto que el género del bebé era uno u otro (i.e. vestían a una niña de azul o un niño de rosa), las atribuciones de emociones que se hacían cambiaban ante, por ejemplo, el llanto: a las supuestas niñas se les daba una atribución de tristeza, vulnerabilidad y necesidad de cuidados, a los presuntos niños de enfado y rabieta. Luego nos extrañamos de que a los hombres les cueste llorar...y de que a las mujeres nos cueste enfadarnos (como tendencia de grupo), cuando cualquier ser humano, independientemente de su perfil de género u hormonal, necesita todas sus emociones para adaptarse a la vida. Y esto claro que tiene que ver con el techo de cristal a nivel académico y laboral, porque son áreas que interactúan. Si además de cuidar más las oportunidades en desarrollo profesional se trabajaran también las diferencias a nivel afectivo se solucionarían posiblemente muchos problemas. Porque la asertividad hace que una mujer pueda mostrar su valía y defenderla, pero solemos puntuar más bajo en ese aspecto. Y el mayor contacto afectivo en los hombres con sus emociones "suaves" (esas que nos hacen sentir más vulnerables) facilitaría una mayor implicación en por ejemplo tareas de cuidado, lo que supone una brecha de género a día de hoy importantisima que condiciona todo lo demás. Creo que esto no se soluciona obligando por ley a los hombres a quedarse con sus hijos o con sus mayores o dependientes. Lo que hay que conseguir, con educación desde 0 años, es que se abran a la posibilidad de tener las ganas de hacerlo. Y luego, cada cual que elija. Igual que una mujer tiene derecho a elegir no ser madre o preferir incorporarse cuanto antes a su trabajo por mucho que adore a sus hijos. Y cuando una generación haga el cambio, la siguiente lo hará ya por imitación. Creo que fue Margaret Mead quien observó que en una cultura en la que eran los varones quienes cuidaban a los bebés, eran los niños quienes jugaban más a cuidar sus muñecos. Todos y todas podemos cuidar y disfrutar del cuidado. Igual que todas y todos podemos disfrutar de nuestra autonomía y nuestro desarrollo intelectual y laboral. Hace falta que nos den oportunidades para ello.

¿Cómo decidió estudiar Psicología?¿Qué fue lo que le dio ese “empujón”?

De todo lo que me incitaba curiosidad, lo que más me producía intriga era el ser humano. Además, la elección me pilló en un momento en el que empezaba a tomar conciencia de que la vida generaba mucho sufrimiento a muchas personas y yo quería hacer algo para contribuir a aliviar ese sufrimiento… Así que combinando mi interés con mi sentido práctico, elegí Psicología. En mis tiempos esta carrera estaba bastante mal vista y requería una nota bastante baja, escuché muchas veces "podías elegir lo que quisieras…". Nunca he entendido el desprecio hacia determinadas disciplinas como si fueran para "menos capaces". Menos mal que no hice casos de esos comentarios, me encanta mi profesión.

¿De pequeña sentía que poseía habilidades relacionadas con la psicología?Es decir ,escuchar ,valorar ,empatizar , aconsejar,etc.

 Mi tesis doctoral trató sobre la vulnerabilidad psicológica a la depresión. Simplificando mucho, cómo el hecho de construir la autoestima en base a determinados condicionantes (gustar, complacer, logros, perfeccionismo) puede suponer un mayor riesgo para la aparición de síntomas depresivos, y cómo podemos detectarlo. Ya en el siglo XX comenzó a avisarse de los índices en aumento en trastornos depresivos, no sólo en porcentaje sino también en edad de inicio, que cada vez es más temprana. El suicidio es la tercera causa de muerte en jóvenes de 15 a 24 años, sólo precedida por los tumores y las llamadas causas externas (accidentes, violencia, envenenamientos). Duplica el porcentaje de fallecidos en accidentes de tráfico. Algo no estamos haciendo bien. Una sociedad basada tanto en la imagen social perfecta es absolutamente insana.

¿Cómo sintió que la Psicología era su futuro? 

Bueno, yo no me daba cuenta porque me salía natural, pero en el colegio y en mi familia sí me reflejaron desde pequeña la capacidad que tenía para empatizar, para escuchar y para considerar a alguien y relacionarme más allá de las etiquetas que le hubieran puesto desde fuera (el malo, el tonto, la lista, la guapa, la gamberra...). A mi me parecía obvio…

Como comentaba antes, de todo lo que me intrigaba, lo que más era el ser humano, su comportamiento,  sus reacciones. Cuando a los 10 u 11 años supe que había una carrera sólo para estudiarlo pensé "¡yo quiero estudiar eso!". Más adelante, a los 14 años, sufrí un trastorno de ansiedad y estuve en tratamiento psicológico. Me encantó, y pensé "encima con esos conocimientos ayudas": me pareció más atractiva aún la Psicología. Y esa faceta práctica, esa posibilidad de ayudar con los conocimientos, fue la que me dio el empujón final.

 

¿Por qué decidió inclinarse por la rama de salud mental relacionada con los TCA?

Los trastornos alimentarios sólo me empezaron a gustar cuando conocí a pacientes con este tipo de trastornos.

Antes de eso yo creía que no me gustaban, cuando los estudié en la carrera, pero con la experiencia me di cuenta de que era porque realmente no tenía ni idea, no los entendía, no me los habían explicado bien... Existe el estereotipo social de que son trastornos movidos por la superficialidad y por la imagen y eso no es más que una posible máscara tras la que se suele esconder una sensibilidad extrema y altas dosis de sufrimiento. A mis residentes les suele sorprender también todo lo que hay detrás de la apariencia de un trastorno alimentario: emociones, relaciones, identidad… ¡son cuestiones tan profundas y tan humanas!

Cuando entendí esto, comenzaron a apasionarme. Hace más de 10 años tuve la suerte de poder elegir plaza en la Unidad de Trastornos Alimentarios del Complejo Hospitalario de Toledo, y cuanto más profundizo y aprendo,  más me intrigan y apasionan.

 

¿Sufrió algún tipo de episodio relacionado con los TCA u otro tipo de enfermedad que le hiciera darse cuenta de la importancia que conllevan?

Pues en realidad, hasta empezar a entenderlos en consulta, yo tenía una ceguera total para los trastornos alimentarios. Rebobinando mi vida me he dado cuenta de que tuve cerca a personas afectadas y que incluso yo tuve síntomas menores ¡y no tomé conciencia de ello! Lamentablemente la normalización de conductas insanas a nivel alimentario no contribuye a aumentar esa conciencia: tenemos tan normalizado el rechazo del cuerpo femenino y los intentos constantes por modificarlo… Normalizamos también refugiarnos en la comida ante las emociones, sobre todo las desagradables. Y en realidad ninguna de esas cosas son lo normal ni lo más sano obviamente…

 

¿Qué piensa sobre la actual enfermedad Covid-19?

Creo que ha supuesto un impacto brutal en nuestras vidas, obviamente, pero también en nuestras creencias sobre cómo funcionaba el mundo. Por ejemplo, nuestra sociedad occidental potencia muchísimo la ilusión de control: creer que todo lo podemos controlar, que todo depende de nosotros, que sólo tenemos que esforzarnos… La covid19 ha venido a demostrarnos que no, que no tenemos todo bajo control, que seguimos siendo muy vulnerables y frágiles. Que todo nuestro poder se ha venido abajo por un virus microscópico… Esto a nivel social nos tiene descolocados, frustrados e irritables.

Pero, además, prácticamente todos hemos tenido pérdidas. Las más graves, las de seres queridos, en unas circunstancias durísimas: en procesos rápidos e inesperados, sin posibilidad de despedirse ni de acompañar a tu ser querido en el final, sin posibilidad de que a ti te acompañen en tu despedida… Todo ello es bastante traumático. Y, de fondo, las pérdidas cotidianas, la ruptura de nuestro estilo de vida tal como lo conocíamos, en algunos casos agravado por la pérdida de empleo y poder adquisitivo, los más vulnerables a todos los niveles se han convertido en más vulnerables aún. Hay quien ha visto interrumpido o diferido su tratamiento. Quienes vivían en situación de pobreza, han quedado más pobres aun. Quienes estaban en riesgo de exclusión han quedado más excluidos todavía (recordemos que la inclusión se ha realizado preferentemente por vía telemática, para lo que hacen falta recursos). Quienes vivían situaciones de riesgo en el hogar (p.e. abuso, maltrato) han quedado encerradas en esa situación...Es un cocktail de estresores que es imposible que no nos estalle en repercusiones a nivel de salud mental. No quiere decir que la única solución pase por recursos de salud mental, pero sí que estamos notando su impacto y lo vamos a seguir notando un tiempo.

 

¿Cree que anímica y mentalmente influye mucho en las personas?¿Por qué ?

Sí. Como comentaba, además de las pérdidas más agudas de familiares, de empleo y capacidad adquisitiva, todos, incluso quienes no han sufrido esos estresores, hemos tenido pérdidas cotidianas de vida social y de alternativas de ocio. Eso se traduce en frustración que, por la duración, puede degenerar en ánimo subdepresivo, esto es, no es que estemos deprimidos pero tampoco estamos normales. La falta de actividad, de estimulación, la falta de contacto social, la falta de contacto afectivo-corporal… pueden producir bajo ánimo, irritabilidad, desmotivación, dificultades de concentración y memoria, alteraciones en el sueño, la alimentación, la sexualidad.

 

¿En qué rangos de edad considera que influye más? 

Creo que los adolescentes. Las autolesiones e intentos de suicidio han aumentado, llegando a un incremento del 50% en urgencias psiquiátricas de adolescentes. En trastornos alimentarios algunos hospitales ya aportan estadísticas de un 20% más de casos en 2020. Nosotros hemos observado un repunte en los más jóvenes, nunca habíamos tenido tantos pacientes en la franja de 12-14 años. En población infanto-juvenil, a todos los estresores previos ya comentados, se añade una mayor presión académica (con la formación telemática dependen más de ellos mismos), reducción o anulación de actividades extraescolares, mayor tiempo en soledad y en redes sociales, y a veces mayor responsabilidad en la casa por los trabajos de los padres (muchos se tuvieron que quedar en casa solos si los padres estaban en trabajos esenciales o, cuando finalizó el confinamiento, presenciales). Si los padres ven peligrar su trabajo, un adolescente ya tiene capacidad para tomar conciencia de las implicaciones que ello tiene. Si hay muertes en la familia, un adolescente tiene una mayor sensibilidad y conciencia de las implicaciones, además de las reflexiones y angustia existencial que esto conlleva. De esta acumulación de estresores se puede salir más fuerte, más resiliente, pero hace falta también tener apoyo para ello.

 

Y en los pacientes con TCA, ¿cree que esta situación puede influir demasiado? Si es así, ¿De qué forma?

Además de los estresores ya mencionados, los síntomas alimentarios han estado fomentados durante la pandemia y especialmente durante el confinamiento: una estimulación positiva disponible siempre en el hogar, en ausencia de otras, es la comida. De hecho, era una de las pocas cosas que se podía comprar… Por otra parte, la inactividad combinada con tanto tiempo libre da más posibilidades para la rumiación y las obsesiones. Así, los hábitos de ejercicio físico pueden convertirse en rituales que van consumiendo cada vez más tiempo de la persona. Y la interacción social al ser telemática facilita más centrarse en la propia autoimagen, con la consecuente evaluación crítica posible…

 

¿Por qué considera que las medidas que se dan no se cumplen correctamente por parte de la población?

Creo que hay diferencias en los incumplimientos. Los incumplimientos que se daban ya desde el principio suelen estar más relacionados con intolerancia a la frustración y egocentrismo, que lleva a considerar que yo estoy por encima de una norma que sí que están cumpliendo los demás. Tampoco ayuda el desconocimiento del virus, que ha hecho que fluctúen las medidas a lo largo del tiempo,entre países, entre comunidades...esto contribuye a generar desconcierto y menos adherencia a las normas. No sé si la población ha terminado de entender la justificación de cada norma, tenemos aún un país que funciona mucho por enfoque punitivo, con una ética de muy bajo nivel, en plan "si no me pillan, lo hago". Lo que necesitamos es menos multas y más educación. Los medios de comunicación no creo que lo hayan facilitado demasiado: no han educado sino que han buscado el drama y la polémica. Como la mayor parte de la clase política.. lo que genera más dudas. Si la población entiende la necesidad de la norma creo que es más fácil que no se la salte. A esto se le añade el pensamiento individualista, el "yo ya lo he pasado", "a mi no me va a pasar"... pero es que las normas no están para protegerte solo a ti, sino al conjunto de población. Nos falla el pensamiento colectivo.

Además,  según ha avanzado el tiempo, el cansancio psíquico es cada vez mayor. Y puedes estar un mes, incluso dos, sin ver o sin abrazar a tus seres queridos. Pero eso cada vez se hace más difícil de soportar...y emocionalmente se flojea, y se producen los saltos de norma.

 

.¿Qué consecuencias pueden darse al privar a las personas de su libertad? 

Bueno, sobre los efectos de la privación de libertad quienes más saben son los psicólogos que trabajan en instituciones penitenciarias, y yo no he trabajado en ese contexto. Lo único que ha pasado durante el confinamiento y los meses posteriores es que nos han limitado movimientos por una crisis sanitaria con precedentes tan antiguos que no los recordábamos, y está siendo duro, más duro cuando estábamos acostumbrados a creer que lo controlabamos todo y nos olvidamos de otros países y otras épocas donde no existe o no existía tanto margen de control y autodeterminación. Esa frustración lleva a afirmaciones exageradas como que nos han robado la libertad. Pero la libertad en sí no nos la han quitado. Cuidemos el lenguaje, es importante para la salud mental.

 

¿Cuáles son los mayores problemas mentales y anímicos que está generando el confinamiento?

En realidad creo que ha afectado a todos los niveles. Lo más frecuente son síntomas depresivos y ansiosos generales menores, que es posible que no requieran tratamiento ya que se irán resolviendo según se vaya controlando más el estresor (por ejemplo, con el avance que suponen las vacunas y tratamientos). Las patologías alimentarias,  como comentaba antes, también han sufrido un repunte importante y esto es más serio dado que tiene más riesgo de cronificación por las características psicobiológicas de estos trastornos,  que tienden a mantenerlo una vez te has metido en él. Pero también ha sido importante el empeoramiento de las personas con patologías previas al perder muchas la continuidad de sus tratamientos, y necesitaremos valorar las consecuencias de ello a largo plazo.

 

¿Es mucha la población que acude en busca de ayuda debido a esto? 

Al principio hubo una mayor demanda por parte de profesionales sanitarios y por todos los duelos tan complicados asociados a las muertes por covid. Ahora ha aumentado la demanda en Salud Mental en general porque tantos estresores han limado la capacidad de afrontamiento de la población.

 

¿Cree que a la larga la mentalidad de las personas sufrirá un cambio con el paso de la Pandemia?

Yo espero que sí, pero generalmente ante estresores suele haber una parte de la población que sale más fuerte de ello, una parte que se adapta y retorna a sus hábitos previos y otra parte que queda más desgastada y le cuesta superar las consecuencias. Qué porcentaje de la población se quedará en cada una de estas situaciones depende de tantas variables que creo que es imposible predecirlo ahora, pero en gran parte dependerá de los recursos sanitarios y sociales que se pongan en marcha para reforzar la resistencia a las consecuencias de la pandemia.

 

Muchas personas ,sobre todo jóvenes ,consideran haber desarrollado su mentalidad con el paso del confinamiento y con la situación actual ¿cree que se debe a esto o considera que se debe a otros factores?

Los acontecimiento históricos que nos toca vivir moldean de alguna manera nuestra forma de entender el mundo pero depende mucho de la interpretación que se de a lo sucedido. Si de esta pandemia las generaciones más jóvenes extraen como conclusiones que es importante unirse frente a la adversidad para conseguir los objetivos, que no controlamos todo y cuánto valor tiene lo cotidiano, precisamente por el hecho de haberlo perdido, creo que saldrán más fuertes. Pero lamentablemente no sé si los grandes agentes sociales (medios de comunicación, políticos) están ejemplarizando ese discurso. Más bien al contrario, están fomentando la frustración y el victimismo, y esto tiene sus riesgos. Sólo el tiempo nos dirá con qué lectura se ha quedado la mayoría.

Por otra parte, el consumo temprano de alcohol es un problema en nuestro país desde hace varias generaciones, no creo que sea exclusivo de ésta. Sí lo es, sin embargo, el uso y abuso de redes sociales, la posible adicción a nuevas tecnologías, y es difícil prever sus consecuencias. Lo más probable es que se integren como un elemento más, igual que lo han hecho la radio y la televisión (también había muchos miedos ante la tv en su día). Al final, como todo lo que produce el ser humano, no son buenas o malas por naturaleza, sino que su bondad o maldad dependen del uso que les demos. Yo espero que las generaciones más jóvenes tengan más sentido de responsabilidad en esa dirección.

 

¿Qué medidas se podrían tomar para evitar estos problemas que se dan en las personas en cuanto a su estado anímico? 

Yo creo que en primer lugar se ha observado que impedir la actividad física genera unas nefastas consecuencias para la salud. Sin embargo, los países que están repitiendo confinamientos no han suavizado ese punto, y yo creo que es un error. Considerando franjas horarias poblacionales, respetando medidas como distancia, mascarilla y aire libre, mantener el movimiento es básico para muchos parámetros físicos de salud y también para la salud mental.

Para el otro gran pilar del estado de ánimo, la actividad social, tenemos la suerte de contar en nuestro país con unas temperaturas bastante llevaderas la mayor parte del año, con lo que favorecer la realización de ocio y encuentros al aire libre puede facilitar mantener ese pilar incluso en épocas de epidemias o pandemias.

Tampoco se ha demostrado que los centros educativos sean el principal foco de contagios y dadas las consecuencias negativas que tiene la interrupción de clases presenciales debería priorizarse su mantenimiento siempre, bajando las ratios por clase porque una de las cuestiones que nos ha señalado claramente la pandemia es que nuestros alumnos estaban hacinados.

Por otra parte se ha desbordado un sistema sanitario que llevaba ya años en mínimos, lo que apunta a la necesidad de refuerzo no sólo en épocas duras como ésta.

A nivel social y laboral/económico es absolutamente necesario establecer medidas de ayuda a los colectivos más vulnerables, que incluye ahora a todos aquellos que lamentablemente han perdido sus empleos con la pandemia.

Por último, si se promovieran medidas de educación emocional básicas en la población, esto ayudaría a reforzar las estrategias de afrontamiento y prevenir psicopatología en momento de crisis. Pero esto sólo funciona verdaderamente si todo lo anterior, a nivel de recursos, se cuida también. No se puede reducir a la dimensión psicológica la solución a un problema tan complejo que toca tantas dimensiones de nuestro funcionamiento social.

Ancla 6
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